Los derechos del fútbol y la innovación

La guerra del fútbol

Sogecable, Mediapro, Audiovisual sport, TV3, etc…
La guerra del fútbol lleva abierta desde que laSexta entró en juego. No vamos a hablar de bueno o malos. Sencillamente hablamos del poco amparo de la justicia a las empresas.

Se supone que estas empresas han pagado importantes cantidades de dinero por esos derechos. Cientos de millones de euros en derechos, publicidad, patrocinios, están en juego. Pero aquí la sensación que tenemos es que cada uno hace lo que quiere y puede.

¿Cúal es el problema de las guerras?

Cualquier guerra siempre es un problema. Básicamente lo que ocurre es que se destruye la industria que existe alrededor del fútbol. Los patrocinadores, los espectadores, los anunciantes, no saben que va a pasar con sus anuncios. No saben si el dinero que han invertido en publicidad será respetado o no, no saben si planificar o no una campaña en torno a estos eventos deportivos.

Si esto se debilita, los derechos bajan de precio porque nadie querrá meterse en esta guerra y el dinero se moverá a pastos más tranquilos (UEFA).

Y la justicia ¿qué hace?

Lo peor de todo esto no son las guerras. Las empresas compiten y a veces se llegan a circunstancias como esta del fútbol. Pero la solución debería venir de la justicia que para esto y para eso la pagamos entre todos.

La justicia debería actuar con agilidad básicamente para dar estabilidad a este tipo de industrias.
Si el mensaje que se da semana tras semana es que esto es una guerra abierta y aquí, se firme lo que se firme, luego cada uno hace lo que quiere, las empresas pueden entrar en círculos peligrosos de enfrentamientos entre ellas.

Los derechos, los contratos, se supone que sirven para algo

Si en todo esto del fútbol, que se supone que hay dinero y abogados, los contratos sirven para casi nada, ¿qué puede pensar una empresa pequeña que esté pensando en apostar por la innovación?.

Pues que lo mejor es irse de este país o vender las ideas cuanto antes porque aquí no hay nadie que te pueda proteger.

La innovación, esa gran apuesta

Esta claro que países medianos como España, que no son ni grandes ni pequeños, o se definen por algo innovador o acaban siendo un país de servicios que ya sabemos que peligros tiene (llega, otro país similar, bajo los precios y se lleva el negocio).

Las claves para que se desarrolle cierta innovación, además de dinero, son dos.

  1. Legislación. Si los innovadores no están protegidos, no tienen nada. Básicamente los innovadores tienen ideas, proyectos, planos. Que pueden ser copiados con facilidad. Su única herramienta de defensa es la legalidad. Si eso no es ágil. Si no responde con rapidez, es imposible desarrollar nada. Una vez, hablando con un amigo, comentaba que en este país tenemos Zara y no Armani por algo.
  2. Competencia. Sin competencia no hay innovación. Para fomentar la competencia hay que hacer transparente los procesos. No hay nada mejor que internet para poner luz a las sombras de la administración. Hacer público el dinero destinado a la innovación y hacer públicos los procesos de adjudicación. Esta apertura y transparencia se podría enfocar por el lado más didáctico de la comunicación y hacer algo que ayude a las empresas a promocionarse y difundir sus desarrollos.

Volvamos a la realidad

Después de soñar, volvemos a la realidad de nuestro país y nos encontramos con más de lo mismo.
La justicia colapsada.
Falta de competencia y transparencia.

Lo primero es uno de esos retos que parecen casi imposibles de solucionar. No se si el problema de la justicia es de dinero o de tecnología o de recursos humanos. Pero lo que creo que sería necesario es empezar por algún lado. Estos problemas gigantes hay que resolverlos rompíendolos en trozos pequeños y luego ir uno a uno.

No es fácil, pero el ejemplo de las guerras del fútbol ponen de manifiesto que la justicia en este país no apoya a nadie y que su colapso hace que los emprendedores se vean con muchas debilidades frente a los grandes y eso ámparo legal mínimo que sirva para proteger unos derechos, es necesario.

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