1. Cuando alguien lo hace más barato y más eficaz y es rentable.
Así de claro. Hacerlo en casa cuesta X. Hacerlo fuera cuesta X-25%. Sácalo. No tiene sentido hacerlo dentro. El concepto de "si es eficaz" es algo más subjetivo, pero básicamente se trata de servicios que no sean críticos para el día a día. Si sacar algo fuera nos hace que el día a día sea tedioso o más lento, no merece la pena. La rentabilidad la podemos medir en el sentido de que no solo ahorramos, sino que un recurso que antes se dedicaba a la tarea X ahora se puede dedicar a otras tareas más productivas.
2. Cuando la tarea es variable y no creciente.
De vez en cuando te entra un proyecto del tipo X cuando tu eres una empresa del tipo Y. Sácalo fuera. No tiene sentido montar una estructura de algo que ni te va ni te viene. Mejor acordar con otra empresa que lo pueda realizar de forma óptima un trato para tener una comisión.
Aquí el mensaje es el de "zapatero a tus zapatos". No lo quieras abarcar todo, especialmente cuando son temas que no están en tu especialidad.
3. Cuando la tecnología es muy cara y aprovechas la economia de escala de otro.
La economia de escala es crítica para muchos negocios y se puede aprovechar cuando tu estás fuera de la escala. El caso del Hosting es uno de los típicos. A estas alturas no merece la pena montar un hosting cuando por 20 euros al mes puedes tener algo de primer nivel.
Lo mismo podríamos decir Amazon con sus servicios o Google. No tiene sentido pagar por servicios que estas empresas prácticamente te dan gratis.