Saliendo de Ciudad Real dirección a Puertollano-Córdoba, por la N-420 dejamos a un lado Brazatortas y divisamos un paisaje espectacular; sigan la carretera, aquí empieza el Valle de Alcudia.
Este valle ocupa unas 200.000 hectáreas con unos 100 kilómetros de largo, de este a oeste, y 11 km. de ancho, limita al sur con sierra Madrona. La importancia de este valle deriva de ser paso y estancia de los pastores que hacían la trashumancia, además de poseer un gran valor paisajístico.
El valle tiene diferentes tonalidades según la estación en que lo visiten, la primavera es espectacular, todo el valle está verde, los arroyos y riachuelos corren llenos de agua formando pequeñas lagunillas donde las ovejas beben. Flores de mil colores tapizan grandes extensiones de terreno convirtiéndolo en lila, rosa o blanco, es increible tanta belleza.
La carretera N-420 cruza el valle a lo ancho, a pocos kilómetros del comienzo hay una desviación que indica "La Bienvenida", una pequeña aldea situada a 17 km, en el camino que va a Alamillo, todo el camino merece la pena por las magníficas vistas de encinas, alcornoques, quejigos, madroños y de rebaños de ovejas pastando tranquilamente.
La Bienvenida tiene un pequeño bar donde te pueden servir un café de pucherillo o comprar rico queso o algún enbutido ibérico a buen precio. A la espalda hay un cerro donde se estableció un antiguo poblado llamado "Sisapo" (Siglo XV-VII antes de Cristo). Se puede llegar a él andando y contemplar las excavaciones y el paisaje desde el cerro.
Dicen que este poblado tuvo una gran importancia pues era el centro minero más importante de esta zona en la España antigua, era la capital del cinabrio.
El Camino Real de la Plata comunicaba dos ciudades muy importantes en la España del medievo, Toledo con Córdoba, El Camino Real de la Plata cruzaba el Valle de Alcudia por ser el camino más recto entre Castilla y Andalucía.
De ahí las ventas y posadas para hacer un alto en el largo camino. Dicen que Cervantes anduvo estos caminos más de una vez, por eso recrea costumbres e historias en el Quijote y en las Novelas Ejemplares.
Saliendo de la Bienvenida seguir el camino hacia Alamillo y coger el primer camino a la izquierda hacia el sur, es un bonito paseo con un precioso paisaje más montañoso. Son pocos kilómetros pero merece la pena.
Volvemos sobre la misma ruta y salimos de nuevo a la carretera del valle hacia Fuencaliente. Aproximadamente a dos kilómetros se abre a la izquierda un camino particular de una finca, pasen y dejen el coche aparcado en la casa y pregunten por "la encina milenaria" o la "encina de las mil ovejas", dicen que debajo de sus ramas se acostaban 1000 ovejas y todas tenían sombra. Es preciosa, su tronco tiene un diámetro que 6 personas de la mano rodean su contorno. Realmente parece el árbol de la vida.
Seguimos camino hacia Fuencaliente, subimos el puerto de Niefla. Paren el coche en el alto y contemplen todo el valle desde ahí, no se arrepentirán, las vistas son magníficas, el valle se abre ante nuestros ojos con todo su esplendor. Si es primavera no lo olvidarán.
Para los amantes del senderismo, existen muchísimos caminos para pasear.
Llegamos a Fuencaliente fundada al principio del siglo XIV junto a la ermita dedicada a la Virgen de los Baños, (imagen muy pequeña, de unos 45 centímetros).
Es un bonito pueblo de montaña, todo blanco, con calles retranqueadas, casas no alineadas y escalinatas para ayudar a subir las empinadas calles. Sus fuentes termales atraen a mucha gente que buscan en sus aguas ferruginosas la curación de enfermedades.
Fuera del pueblo hay dos ermitas más la de S. Antonio de Padua dentro de una cueva junto al rio y la de S. Marcos en el Prado de la Ermita. Existen importantes pinturas rupestres en Peña Escrita y Cueva de Batanera, situadas a 4 kilómetros de la población.
Al noroeste de Fuencaliente se encuentran lugares de gran belleza paisajística como la Garganta de Horcajo y la Peña de D. Rodrigo a 1260 metros de altitud.
También esta zona es ruta quijotesca, al parecer, se situa en las fuentes de Magaña, la penitencia amorosa de D. Quijote y del Cardeño, y en las cercanias de Brazatortas la divertida aventura de los Batanes.
Las aguas del Arroyo de los Batanes, cercano a la fuente del Alcornoque, sirvieron de refresco en el camino a D. Quijote y Sancho panza.
Después de este recorrido por el Valle de Alcudia, no podemos dejar de recomendar una buena comida en los muchos bares que tiene el pueblo de Fuencaliente.o restaurantes dedicados a la buena cocina de caza y otros manjares.
En la carretera está el restaurante Sierra Madrona, una paradita para descansar y poder recuperar las fuerzas con una buena comida.